Los recuerdos no es lo único que el cerebro puede procesar de forma holográfica.
Otra de las cosas que había descubierto Lashley era que también los centros visuales del cerebro resistían sorprendentemente la excisión quirúrgica. Tras eliminar hasta el 90 por ciento de la corteza visual de una rata (la parte del cerebro que recibe e interpreta lo que el ojo ve), descubrió que la rata todavía podía realizar tareas que requerían una compleja destreza visual.
De manera similar, la investigación dirigida por Pribram reveló que se puede cortar hasta el 98 por ciento de los nervios ópticos de un gato sin que su capacidad para llevar a cabo tareas visuales complejas quede afectada seriamente.
Tal situación equivalía a creer que los espectadores de un cine podrían seguir disfrutando de la película aun cuando faltara el 90 por ciento de la misma; una vez más sus experimentos se oponían seriamente al entendimiento habitual del funcionamiento de la visión. De acuerdo con la teoría más novedosa de entonces, había una correspondencia de "uno a uno" entre la imagen que el ojo ve y la forma en que esa imagen se representa en el cerebro.
En otras palabras: se creía que cuando vemos un cuadrado, la actividad eléctrica de la corteza visual también tiene la forma de un cuadrado.
Antes, los teóricos de la visión creían que había uno correspondencia "uno a uno" entre la imagen que el ojo ve y la forma en que esa imagen se representa en el cerebro. Pribram descubrió que no es verdad.
Aunque parecía que descubrimientos como los de Lashley habían asestado un golpe mortal a esa idea, Pribram no estaba satisfecho.
Mientras estuvo en Yale, ideó una serie de experimentos para resolver la cuestión y se pasó los siete años siguientes midiendo cuidadosamente la actividad eléctrica del cerebro de monos mientras realizaban a cabo diversos ejercicios visuales. Descubrió que no sólo no existía esa correspondencia de "uno a uno", sino que ni siquiera había un patrón reconocible de la secuencia en la que se activaban los electrodos.
Escribió sobre sus hallazgos :
- "Estos resultados experimentales son incompatibles con la opinión de que sobre la superficie cortical se proyecta una imagen semejante a una imagen fotográfica".
Por otra parte, la resistencia que mostraba la corteza visual con respecto a la escisión quirúrgica indicaba que la visión también estaba distribuida por el cerebro, al igual que la memoria; cuando Pribram supo de la existencia de la holografía empezó a preguntarse si la visión no sería asimismo holográfica.
Lo cierto era que la propiedad del holograma de que "el todo está en cada una de las partes" parecía explicar que se pudiera eliminar una parte muy grande de la corteza visual sin afectar a la capacidad de llevar a cabo tareas visuales. Si el cerebro procesaba imágenes mediante una especie de holograma interno, un trozo muy pequeño del mismo bastaría para reconstruir la totalidad de lo que veían los ojos.
Explicaba asimismo la falta de correspondencia "uno a uno" entre el mundo exterior y la actividad eléctrica cerebral.
Además, si el cerebro utilizaba principios holográficos para procesar la información visual, no existía una correspondencia de "uno a uno" entre la actividad eléctrica y las imágenes vistas, como tampoco la había entre el remolino carente de significado que forman los patrones de interferencia sobre una placa holográfica y la imagen codificada en la misma.
Lo único que quedaba por saber era qué tipo de fenómeno ondulatorio podría estar utilizando el cerebro para crear los hologramas internos. En cuanto Pribram consideró la cuestión se le ocurrió una posible respuesta. Se sabía que las comunicaciones eléctricas que tienen lugar entre las células nerviosas del cerebro, o neuronas, no ocurren solas.
Las neuronas son como pequeños árboles con ramas; cuando un mensaje eléctrico llega al final de una de esas ramas, se irradia hacia fuera como las ondas en un estanque. La concentración de neuronas es tan densa que las ondas eléctricas - igualmente un fenómeno ondulatorio en apariencia - al expandirse, se entrecruzan constantemente unas con otras.
Lo cierto era que la propiedad del holograma de que "el todo está en cada una de las partes" parecía explicar que se pudiera eliminar una parte muy grande de la corteza visual sin afectar a la capacidad de llevar a cabo tareas visuales. Si el cerebro procesaba imágenes mediante una especie de holograma interno, un trozo muy pequeño del mismo bastaría para reconstruir la totalidad de lo que veían los ojos.
Explicaba asimismo la falta de correspondencia "uno a uno" entre el mundo exterior y la actividad eléctrica cerebral.
Además, si el cerebro utilizaba principios holográficos para procesar la información visual, no existía una correspondencia de "uno a uno" entre la actividad eléctrica y las imágenes vistas, como tampoco la había entre el remolino carente de significado que forman los patrones de interferencia sobre una placa holográfica y la imagen codificada en la misma.
Lo único que quedaba por saber era qué tipo de fenómeno ondulatorio podría estar utilizando el cerebro para crear los hologramas internos. En cuanto Pribram consideró la cuestión se le ocurrió una posible respuesta. Se sabía que las comunicaciones eléctricas que tienen lugar entre las células nerviosas del cerebro, o neuronas, no ocurren solas.
Las neuronas son como pequeños árboles con ramas; cuando un mensaje eléctrico llega al final de una de esas ramas, se irradia hacia fuera como las ondas en un estanque. La concentración de neuronas es tan densa que las ondas eléctricas - igualmente un fenómeno ondulatorio en apariencia - al expandirse, se entrecruzan constantemente unas con otras.
Cuando Pribram lo recordó, comprendió que con toda seguridad las ondas eléctricas creaban una colección caleidoscópica y casi infinita de patrones de interferencia y que éstos a su vez podrían ser lo que confería al cerebro sus propiedades holográficas.
- "El holograma había estado allí todo el tiempo, en el carácter de frente de onda de la conexión de las células del cerebro -observó Pribram- , sólo que no habíamos tenido el ingenio suficiente para darnos cuenta".
(Michael Talbot - Universo Holográfico).