Tenemos entre
60 y 70 mil pensamientos en el día y el 90% de ellos son exactamente los mismos
del día anterior:
-Los mismos
pensamientos nos llevan a escoger las mismas cosas, a vivir las mismas experiencias.
-Las mismas
decisiones nos llevan a los mismos comportamientos.
-Los mismos
comportamientos crean las mismas experiencias.
-Y las mismas
experiencias generan las mismas emociones.
-Estas mismas
emociones son las que alimentan los mismos pensamientos.
La biología,
los circuitos neruronales, la neuroquímica, las hormonas y las expresiones
genéticas van a mantenerse siempre iguales en cada persona. Tus pensamientos,
tus acciones y tus emociones conforman tu personalidad. Y tu personalidad crea
tu realidad personal. Por lo tanto, tu personalidad actual es la que ha creado
tu propia vida personal.
Ahora, si
quieres crear una nueva realidad personal es necesario cambiar tu personalidad.
Tendrás que empezar a pensar en qué has estado pensando, tendrás que hacer consciente
tus hábitos inconscientes para poder empezar a modificarlos. Tienes que
también ver cuales son las emociones que te mantienen conectado a tu pasado y
poder tomar una decisión si quieres o no que esas emociones te acompañen en tu
futuro.
La mayoría de
las personas intentan crear una nueva realidad personal manteniendo su vieja
personalidad. Uno tiene que convertirse en otra persona. Entonces, si sigues pensando de la misma manera, tomando las
mismas decisiones, que llevan a los mismos comportamientos, que provocan a las
mismas experiencias y que generan las mismas emociones, estás programando tu
cerebro para que tenga unas características muy concretas, y eso se convierte en tu identidad.
Y para cuando
uno alcanza los 35 años de edad, la persona ya se ha convertido en un conjunto
de reacciones emocionales y de comportamientos ya muy fijados. Actitudes y
creencias que funcionan perfectamente igual que un programa informático.
¿Qué pasaría si ya no permitimos que los recuerdos
de nuestro pasado sean los que nos definan?
¿Qué pasaría si permitimos que la visión de nuestro
futuro sea quien nos defina?
¿Qué pasaría si te sintieras sano? o ¿Cómo te
sentirías si tuvieras éxito?
¿Cómo te sentirías si fueras un genio? ¿Cómo te
sentirías si nadaras en la abundancia?
Cuando nos
hacemos estas preguntas, en serio, estamos encendiendo el lóbulo frontal, que es el centro de la creatividad que tenemos
en el cerebro. El lóbulo frontal tiene conexiones
con todas las demás regiones del cerebro y cuando nos formulamos estas preguntas, el lóbulo frontal empieza a
seleccionar distintas neuronas que hay en el cerebro, y las va uniendo para
generar una idea nueva.
Es de ésta
forma que aparece una imagen en nuestro cerebro, una visión, es lo que llamamos
la intención. Estamos seleccionando un nuevo potencial en el campo cuántico. Es
interesante que mientras más conocimientos vayamos almacenando, más rica será
la visión. Las personas
que son apasionadas por lo que hacen, cuando tienen una visión en su cerebro, en el mismo momento que empiezan a pensar con su cerebro, esa imagen se convierte en experiencia, y son
capaces de empezar a sentir la emoción de un acontecimiento desde antes que se
produzca.
Empiezan a
sentirse inspirados, que nadan en la abundancia, poderosos. En esencia, están
dándole al cuerpo la posibilidad de captar como va a ser el futuro. Y cuando
combinamos una intención clara con una emoción elevada, estamos pasando de
vivir en nuestro pasado a vivir en nuestro futuro, y si lo hiciéramos cada día,
levantándote de una manera distinta a como te acostaste y fuéramos capaces de
mantener ese estado durante todo el día, en nuestro mundo van a empezar a pasar
cosas completamente distintas.
Resistencia al Cambio
Es curioso que
la mayoría de las personas que buscan el cambio tengan miedo de salir a lo
desconocido. Han memorizado los estados emocionales que forman parte de su
identidad. Una persona que ha tenido una experiencia o varias a lo largo de su
vida que las han marcado emocionalmente, entonces, siente que no valen nada, se
siente insegura y siente temor.
Y cuando siente
esas emociones y vive según esas emociones cada día, entonces, el cuerpo igual
que la mente, no es consciente de que hay una diferencia entre la experiencia
que está creando esa emoción y la experiencia original que se ha creado en el
algún momento determinado. El cuerpo está creyendo en ese acontecimiento
durante todo el día. Ese estado emocional está enviando la misma señal al mismo
gen de la misma manera. Esa persona ya está encarrilada hacia un destino
genético.
Cuando una
persona que vive con la culpa, o con el sufrimiento, o con la tristeza e inicia
un proceso de cambio para romper las adicciones a estos estados emocionales, el
obstáculo que tiene que atravesar primero es, la resistencia a entrar a lo
desconocido. Ya que si ella
abandona esos estados emocionales no sabría quién es, tiene temor a perder su
vieja identidad que la define como triste, deprimida o víctima.
Saber de
antemano que el cambio no es sencillo y cómodo, que vas a encontrarte con estas
energías que te bloquearan y demorarán tu avance, te ayudará justamente a
trascender este estado de ser, para luego, puedas dar los pasos necesarios que
te transformará en tu nuevo Yo. (Joe Dispenza)